Hace más o menos una semana, navegando en Facebook, la Escuela Foto Arte publicó un Evento: Un Café Con… Franca Franchi”. Los primeros 15 que se anotaran en el muro del evento, eran los que asistirían. Y además, GRATUITO. En pocas palabras: El evento era IMPELABLE.

En segundos pensé: Franca Franchi, una Diosa de la fotografía. Y no dudé en ir hasta el evento y anotarme. Fui la segunda.

Arrastré a mi esposo a anotarse, porque a él también le gusta la fotografía. Su tendencia es más hacia la de paisajes y arquitectura, pero me pareció que no estaría de más que escuchara a esta Diosa.


Estuve una semana pensando en el evento. Me metí en la página Web de Franca, la cual ya había visitado antes, pues mi mejor amiga estuvo buscando fotógrafo para su boda y le estuve jalando un buen tiempo para que la llamara y más después de que el que había contratado la embarcó y justo ese día Franca había lanzado su promoción de bodas. No sé por qué no la llamó.

Me metí en su flickr, vi sus fotos. Anoté las que más me gustaban. Cada vez que veía – y veo – una foto de esta gran artista, me enamoro más. Me impactaron las fotos de las novias… En especial, una que está en un ángulo diferente, enfocando a la novia a punto de colocarse un zapato. La iluminación de esta foto es implemente mágica. Ni hablar de la novia que maneja su propio carro! Para mí, uno de los trabajos más difíciles que se le puede presentar a un fotógrafo. Manejar a una novia, que por lo general están neuróticas todas antes de la boda, es sumamente difícil.

En fin, me emocioné. Era una oportunidad de oro.

La verdad, luego de ver su trabajo pensé: Esta mujer es la mamá de los helados. Y como siempre, me imaginé a una persona totalmente diferente a lo que me encontré: Me la imaginé inalcanzable, con mirada fría, con aires de superioridad, porque tiene motivos para sentirse así. Físicamente – y no sé por qué – la imaginé blanca “casi verde” y flaca como un palillo. En mi mente nunca vi el color de sus ojos, pero si la vi mirándome desde esa altura, muy arriba, con ojos de “soy grande”. Creo que al llegar al sitio del evento, fue lo que más me impactó: Franca. Una mujer que el nombre le hace honores. Una mujer, como yo, normal. De mirada limpia y siempre directa a quien le habla, jamás por encima, de espíritu avasallante, amante de su trabajo y dispuesta 100% a compartir sus conocimientos. Una mujer con una humildad que le brota aunque no quiera. Una voz súper suave. Por encima se le nota el sabor venezolano, de piel morena y ojos oscuros, penetrantes. Chiquita, como siempre, porque todo lo bueno viene en frasco pequeño. Una mujer y punto.

La sensación fue genial. El aprendizaje, infinito, a pesar del poco tiempo. El trasnocho – que para mi es eso, un TRASNOCHO… sino ven a verme los ojos hoy – valió la pena más allá de los límites. Excelente experiencia la de anoche...

Una se imagina a esas lumbreras fotográficas como unas personas de cristal, intocables... y resultan ser tan gente como cualquiera (o más)… O por lo menos Franca lo es.

5 comments:

Unknown said...

Un encuentro fenomenal! Tanto Franca como toda la gente que nos acompañó! Enhorabuena!

Franca Alejandra Franchi said...

Wow! que bella... mil gracias de verdad por tus palabras y el tiempo que te tomó escribirlas,y por supuesto Gracias por haber asistido!

F!

Adriana C Lopez said...

=) gracias a ti por apartar un ratico para compartir con nosotros

GianSaro said...

Tienes toda la razón. Me metí en su blog y solo puedo decir que las fotografias son espectaculares. La de la novia conduciendo debería de estar en una galeria de arte.

Hace a uno sentirse pequeño cuando se conocen personas con semejante talento.

Adriana C Lopez said...

Eso es lo que más me gusta de ella Gian, una foto como esa nunca la has visto antes en algún album de bodas! Excelente, innovadora!Gracias por comentar =)

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