…Creo que tengo un problema. O puede ser una característica de mi personalidad, que no sé si es defecto o virtud, pero al fin y al cabo, “eso” logra que concientice  algunos aspectos de mi para mejorar o para reconocer… más lo primero que lo segundo.

Resulta que me autoanalizo, a veces en exceso. Me autoanalizo a cada rato. Es un poco molesto, porque – también a veces – pienso de más en lo que internalizo y doy tantas vueltas que luego termino exhausta y obstinada de mi misma. Claro, esto puede ser algo bueno cuando decides, gracias a esa obstinación, acabar con eso que te lleva al autoanálisis si es algo dañino o simplemente aceptarlo si es algo bueno. Pero con el tema que ocupa este post, no he logrado llegar a ese punto.

Como ustedes ya deben haber deducido de mi experiencia religiosa, por medio de una situación – para mi – traumática, perdí (o ella me perdió a mi, o simplemente nadie se perdió nada) una amiga. Una persona que para mi era mi “uña y sucio”, mi compinche. Con ella iba para todos lados y desde hace años era con quien más me la pasaba, con quien compartía absolutamente todo…ABSOLUTAMENTE TODO! Lo que en mi vida acontecía y llegué a pensar en algún momento que era recíproco.

Esta vivencia tuvo tantas consecuencias en mí que ya perdí la cuenta. Algunas han ido cercenándose con el pasar del tiempo, pero hay una que no termina de curarse y es llenar el vacío de ese puesto especial.

Es verdad, es posible que me esté hundiendo en una ponchera para coletos. Siempre he sido una persona un tanto selectiva con la gente y tengo mis amigos del alma… Leisa, mi Yin, mi melóñ… Así la llamo; es simplemente indispensable en mi vida. Andreína prácticamente otro Yo. Wendy, qué especial es ella. Alexandra, mi morocha… Betty, que aunque ella no sepa es bastante importante para mi… Si, si hay gente especial en mi vida, muy pero muy especial. Sin embargo siento ese vacío… no sé por qué. Siento una profunda necesidad de hacer una amistad nueva y cada vez que conozco a alguien con potencial, es como si enloqueciera.

Un ejemplo claro es que poco tiempo después del “suceso”, creo que MUY poco tiempo después, quise profundizar mi relación con una persona a la cual conocí previamente y que era también alguien común del medio fotográfico… Error. Decidí impulsivamente confiar en esa persona y desahogar todo lo que llevaba por dentro de lo que había sucedido, pensando que posiblemente su relación con la otra era igualmente nueva que la mía y nuevamente la vida me dio una cachetada… menos fuerte pero igual de dolorosa. Mágicamente la creadora del conflicto se enteraba de absolutamente todo lo que yo decía y vivía. Mi shock no fue fácil. A partir de allí, me volví muda. A pesar de la mucha gente especial que tengo a mi alrededor (y espero que no lean lo que viene), siento que no tengo con quien descargar mis filosofadas y mis internalizaciones.  

Desde ese entonces (1 año y pico ya) no había intentado hacer amistad con alguien, ya que simplemente no confiaba, pero ahora lo he vuelto a intentar. A pesar de mi miedo a entregar confianza, he ido poco a poco soltándola aunque a veces siento que desde afuera me veo desesperada por un(a) amigo(a) y paro.

También siento que ahora me cuesta muchísimo más entablar conversación, ser una persona interesante. Tal vez sea que me esfuerzo tanto que al final no logro nada. Tal vez sea que “autoestímicamente” hablando, allí sigo mal… y simplemente no cuaje la cosa.

Entonces cuando me autoanalizo y noto mi posible desespero y mi novedosa pérdida de socialización, me digo “olvídalo. O dejas que todo fluya natural o lo dejas”.  Y casi mejor tiro la toalla.


Con esta persona nueva, pienso que podría llegar a tener una buena amistad. Sin embargo, ocurre que siento que se esta repitiendo la historia… por parte de él. Y realmente me preocupa porque, a pesar de haber concientizado (en otro de esos autoanálisis) que mi sexto sentido realmente existe y funciona, aún doy vueltas antes de decir “es lo que estoy viendo”, por miedo a estar viendo erróneamente. Y si llego a decidir que estoy viendo bien, luego el hecho de enfrentarlo… Simplemente no quiero que me hagan sentir que “yo soy la loca” otra vez.

Y entonces empieza ese ciclo nuevamente de sentirme inferior a otra (que ya se está haciendo sentir con preguntas mentales intensas) y la verdad… no. No quiero eso en mi vida. Ni sentirlo yo nuevamente ni que me lo hagan sentir.


En fin… Si, de psicólogo… o de deshacerme de todo y comenzar de cero. No sé. Alguien tiene el remedio?

6 comments:

Anonymous said...

Por ahí dicen que no puedes obtener un resultado distinto si sigues haciendo lo mismo... si por no hacerle caso a tu sexto sentido, te has llevado chascos... Mmmm que deberás hacer ahora? Mmmmmm... Mmmmmm... y a eso sumale un toque de "teflon" al tema!

Adriana C Lopez said...

Estoy aplicando teflón con las antenas prendidas jajajaja... Y tambiñén aplicando tener un poco de paciencia y no desbocarme antes de cualquier cosa. Anáaalisis!

Un abrazo!

Bettyna Gruber said...

Hola Miliki, ya leí que me quieres jajaja. Mira mi pollo lindo tu no eres una empresa que despides a alguien y cubres ese puesto con otro y sera igual su funcionamiento, cada quien tiene una razon de estar. Mejor filosofamos otro día por ahi porque me da como ladillita escribir jajaja.

Besitos Milikiiiii

DINOBAT said...

Cambiar de planeta...

Marta Elena said...

Hola, antes de finalizar el año, no quería dejar pasar la oportunidad de visitar tu blog, muy conmovedor por cierto. Te deseo un Feliz año 2012, y espero que estés feliz con tu bebé.

Adriana C Lopez said...

Gracias Marta Elena!!

Post a Comment

Copyright 2010 Monólogos Multipolares
Lunax Free Premium Blogger™ template by Introblogger