Me conozco poco. Soy más consciente de mis defectos que de mis virtudes; de hecho, no creía mucho en mis virtudes y me he tenido que ver en videos para saber que soy algo bueno.




Yo misma he creado a mí alrededor una imagen negativa de mí que luego no me gusta cómo suena en otras bocas. Cuando repites “soy egoísta” más de 5 veces, la gente termina por creérselo. Tu misma terminas por asumirlo y serlo. No lo he vuelto a hacer más.



No tengo matices: soy blanco o negro. Estoy con Dios o con el Diablo, pero nunca dividida en dos. Eso me hace radical. Defecto o virtud, no lo sé, pero a mí me gusta. Me siento una persona recta y difícil de corromper en sus raíces.


Sé que soy una persona particular. Solía catalogarme de “loca”, de “rara”, pero en los últimos meses he podido saber que soy más normal de lo que he creído toda mi vida.
Fuerte… Si. Definitivamente he podido superar obstáculos que no han sido los más difíciles del mundo, pero han sido jodedores. Puede que solo esté siendo un poco dramática.

Por dentro tengo infinita energía, que al exteriorizar no puedo controlar. Una vez me lo dijeron así: Eres una desordenada energéticamente.

Tengo pocas amistades y luego de una experiencia del pasado inmediato, he vuelto a contar mis dedos y a probar si realmente son dedos. Para poder decir lo siguiente, pedí que me describieran en dos palabras, pues quién mejor que ellos que te miran desde afuera y son capaces de decirte las cosas sin rodeos.

Entre otras cosas, me tildan de solidaria y orgullosa, valiente y temperamental, sexy y amargada, luchadora y dura, con buen sentido del humor y cruda para decir verdades, efervescente y de comportamiento aleatorio, hormonal, sociable y perseverante, enamoradiza y a veces distante, inteligente y terca, emprendedora e impaciente.

Según un test psicológico que rueda por ahí, quiero ser elegante, paciente y observadora y me ven Independiente, desconfiada, suavecita y sensual, pero en realidad soy temperamental, impaciente y malcriada. A la vida la veo con grandeza, me intimida… como el mar, libre. Y a la muerte con miedo, como un próximo encierro a aceptar con resignación.

Yo, que me conozco solo un poco, agrego creativa y de lengua calva, de buen corazón a veces acorazado por obligación. Y madre.

Quién me dice que todo esto no me hace una gran persona?

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